«Aún me quedan mis manos»

Esta es la frase que le decía Josué, mi hermano, a su Pastor. Él quería decir que, aunque estaba enfermo y no podía caminar, todavía le quedaban sus manos para seguir trabajando. Él trabajaba en las comunicaciones, garantizaba que los sistemas estuvieran funcionando eficientemente y que cumplieran con los requisitos de ese departamento. Le gustaba que todas las herramientas de comunicación pudieran ayudar a los miembros de su equipo a ejercer el mejor trabajo. Trabajaba con sistemas de radio, televisión, satélite y otras redes usando la tecnología para que todo funcionara de manera uniforme y eficaz en cada contexto. El trabajo que él desempeñaba generó interacciones positivas entre las personas que impactó. Facilitó la coordinación y fluidez en las relaciones humanas en el departamento y generó un ambiente de trabajo agradable. Josué consideraba que su trabajo le permitía ser un colaborador de Dios.

Así que siempre que su Pastor lo visitaba, aunque Josué estaba encamado, le decía “aún mis manos están dispuestas a trabajar”.  Claro, el Pastor conocía su condición y agradecía (con lágrimas en sus ojos) el ofrecimiento.

Proverbios 31:10-31 me recuerda que Salomón hace un cuadro notable de la mujer. La presenta con muchas cualidades excelentes y una de ellas es la extender sus manos.  Dice el verso que “extendió sus manos al menesteroso”, o sea, al mendigo, al necesitado, al que vive en la calle. También “alargó sus manos al pobre”, sus manos se ampliaron y llegaron hasta el pobre, al indigente, al pordiosero, al carente de alimentos, de salud. Esta mujer tiene unas habilidades sobresalientes y de servicio. Es una mujer responsable, capaz, laboriosa y con la visión de ver las necesidades de los demás. Es una inspiración para que nosotros hagamos lo mismo y para que nuestras manos sirvan a nuestros semejantes.

El siguiente caso, Hechos 3:1:10, me llamó la atención porque aparecen Pedro y Juan, discípulos de Jesús, entrando al templo. En la puerta del templo encontraron a un mendigo/cojo quien fue el que les extendió las manos primero. Claro, el enfermo se adelantó porque su necesidad era apremiante, era urgente.  Gracias a Pedro y a Juan que, en vez de darle dinero, al ver al mendigo usando sus manos para pedir limosna, ellos tomaron esas manos con amor para decirle que había uno que le podía sanar y ese era Jesús. Le levantaron y al momento se le afirmaron los pies y tobillos. Hay muchos que están extendiendo sus manos suplicando ayuda y las manos de nosotros son las que deben estar disponibles para brindar esa ayuda y levantarlos.

Esto me puso alerta sobre nuestro trabajo en la obra del Señor. A veces tenemos salud, pero no tenemos la disposición de trabajar. Y trabajar en el Reino es una virtud de parte de Dios. Tenemos que usar nuestros talentos, dones, virtudes para seguir llevando el mensaje, ese fue el encargo que Jesús nos dejó.

Josué fue un buen obrero del Señor. Hasta el final estuvo dispuesto a usar su talento.  Marcó la diferencia. En su funeral vi cómo la gente se expresaba muy bien y acertadamente de él. Su familia, sus compañeros de trabajo, su iglesia, el liderato de emisoras radiales y muchos más exaltaron sus valores y buenas cualidades. Dejó huellas espirituales para que otros puedan poner “las manos” al servicio y a la disposición del trabajo en la obra de Dios.

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«Voy subiendo, voy bajando»

Dicen que las Navidades más largas del mundo se celebran en Puerto Rico.  Ellas terminan con la fiesta de la Calle San Sebastián en el mes de enero. Es una fiesta muy colorida y miles asisten a ella.  Se pasa muy bien en el área de los artesanos de nuestra isla. En el transcurso de ese caminar por la calle escuchamos el estribillo “Voy subiendo, voy bajando”, lo que nos ubica en los miles que van hacia arriba y hacia abajo de la calle buscando donde ubicarse mejor para entretenerse y pasarla bien.

Rápidamente esto me hizo pensar en la vida cristiana. El Señor nos pide lo contrario del estribillo, que no vayamos para arriba y para abajo sino que sólo vayamos para arriba, no ser fluctuantes o variables. Sé que puede haber momentos de batallas que nos hacen doblar nuestras cabezas hacia abajo, pero Dios suplirá todo lo que necesitamos para enfrentarnos a la adversidad. Él nos dará paciencia y nos mantendrá firmes en el tiempo de la prueba. En la vida cristiana hay contratiempos, pero sobreponerse a ellos con valor, produce madurez y carácter firme.

También pueden venir tentaciones que nos hacen ir bajando. Satanás busca empujarnos hacia el mal, el mundo también despliega sus atracciones intentando alejar al creyente de Dios y aun nuestra propia carne nos hace caer porque surge de la naturaleza caída del hombre.  Sin embargo, Dios es fiel, dándonos, junto con el hecho de la tentación, la salida a fin de que podamos aguantar.  (1 Corintios 10:13)

Hay otro verso que me encanta en Santiago 1:12 y dice: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida…” La corona de la vida es una premiación, como la que le dan a los deportistas ganadores, pero la corona de la vida no es una premiación terrenal, sino la recompensa de una vida eterna: vivir con Dios para siempre.

No podemos darle tiempo a ‘ir bajando” sino a “ir subiendo”. Tenemos que ser cristianos firmes, fuertes, no estar sujetos a cambios malignos externos. Tenemos que ser de creencias y resoluciones sólidas y fieles al Señor.

Para esto, la Biblia nos aconseja que debemos permanecer inmutables, o sea, no variar, en la fe de Cristo. Esto requiere que el evangelio de Jesucristo penetre el corazón y el alma, convirtiéndose en la orientación determinante de nuestras vidas y del carácter de una persona. Tenemos que someternos a la voluntad de Dios, obedecerle, servir a otros, reconocer que vivir el Evangelio produce una vida mejor ahora y eternamente.

La vida del creyente siempre es subiendo hasta el final cuando Dios nos diga como le dijo a Juan en Apocalipsis 4:1: “Sube acá y te mostraré las cosas que van a suceder…”  Si aceptamos esta invitación vamos a ver, primero a nuestro Señor y luego todas aquellas cosas hermosas que la Biblia describe que habrá en los cielos.

Así que cantemos un nuevo estribillo: “voy subiendo, voy subiendo y no bajando”.  Subamos en nuestra vida espiritual la que nos permitirá la entrada al cielo.

Aida L. Salgado Robles, 31 de enero de 2024

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«Siga escribiendo»

Cuando nuestro Pastor me saludó el 31 de diciembre de 2023 me dijo: “Siga escribiendo”.  De hecho, me imagino que leyó la más reciente de mis reflexiones (Agenda 2024) y ha leído las anteriores que, de vez en cuando, escribo en la página de Internet de nuestra iglesia. Me motivó con sus palabras de “siga” y yo, “ni tonta, ni perezosa” cogeré su palabra.

Me gusta escribir porque mis pensamientos los expresos en palabras escritas. Reconozco que no soy escritora, sólo plasmo por escrito aquello que Dios me da y cuento con la bendición de Él para que ese escrito sea de bendición a otros. Varios hermanos de mi congregación me estimulan mandándome comentarios muy hermosos. La comunicación nos permite expresarnos y poder compartir experiencias e inquietudes.

Cuando el Pastor me dijo “siga escribiendo”, inmediatamente vino a mi mente Moisés cuando Dios le dijo que escribiera la Ley. Tuvo que escribirla dos veces (Éxodo 34), Dios quería que hiciera nuevastablas y que en ellas escribiera lo mismo que estaban en las primeras. Que se repitiera por escrito. También le dio otras instrucciones relacionadas con las leyes.  Esto era un nuevo pacto que haría con Moisés y con Israel. Este nuevo pacto tenía que quedar escrito para todos porque había regulaciones que debían cumplir como Pueblo de Dios.  El escrito fue tan impactante que cuando Moisés terminó de escribir su rostro resplandecía con la gloria de Dios.

Los decretos y estatutos que Dios le dio a Moisés para el pueblo eran de tal alcance que Dios le dijo que tenían que aprendérselos y guardarlos para ponerlos por obra. Tanto es así que les dio instrucciones para que los escribiera en los postes de las casas y en las puertas. Entre ellos estaba el mandamiento supremo que era Amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas.

Si hoy día nosotros hiciéramos lo mismo de escribir valores morales, valores espirituales y motivaciones donde quiera que los niños puedan leer, ya sea en nuestras casas, notas en los artículos de la escuela o alguna otra idea que quede plasmaba en la mente de los niños, tendríamos un futuro esperanzador. Lo escrito perdura, yo diría por siempre, y muchas reglas tenemos que escribirlas para poder obedecerlas.

Conozco a dos niñitas cuya mamá se ha encargado de escribirles las tareas diarias que deben desempeñar y todos los días ellas van al frente de la nevera para saber qué les toca hacer. Lo hacen y reciben recompensas, no de dinero sino de paseos, de juegos o de parques. Dependiendo de las tareas que han desempeñado, se ganan lo más que les guste.  Me gustó mucho la disposición de las niñas, pero su mamá se encarga de escribir.

Proverbios 3:3 dice: “Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad… escríbelas en la tabla de tu corazón”.  Tomemos en serio la enseñanza bíblica. Dios manda que la escribamos para que no se nos olvide porque las palabras y pensamientos no son suficientes, nuestra forma de vivir revela si en verdad somos misericordiosos y veraces. Escribe en tu corazón lo que Dios te manda para que no lo olvides y lo cumplas.  

Me inspira mucho el Apóstol Pablo, fue un gran escritor. Escribía a sus amigos, escribía para corregir algunas enseñanzas erróneas en las iglesias, escribía a los jóvenes (Timoteo); escribía cuando estaba en la cárcel y cuando estaba libre; escribía cuando tenía gozo y cuando estaba triste; escribía cuando lo criticaban y escribía para elogiar.  En fin, él sabía que escribir era necesario para permanecer en pie en medio de las luchas y para seguir extendiendo las buenas nuevas de salvación.

Usted y yo podemos hacer lo mismo. Vamos a escribir aquellas cosas que edifican.  Es bueno hablar, pensar y ejecutar, pero para que perdure todo eso, hay que escribirlas. Dios nos dejó su Palabra escrita, quizás sabía que si la dejaba sin escribir, no la íbamos a recordar como Él quiere que la recordemos y, sobre todo, para que la vivamos conforme a lo escrito en ella. En ella encontramos cosas muy profundas que nos hacen renovar nuestras vidas.  ¡A escribir se ha dicho!

Aida L. Salgado Robles, 22 de enero de 2024

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Agenda 2024

La mayoría de las personas consideran que una agenda es una herramienta de trabajo imprescindible. Viene bien para la planificación de un ejecutivo, de oficinistas, de maestros, de otros profesionales y hasta para las amas de casa. Los estudiantes también la usan y es una buena ayuda para cualquier persona interesada en optimizar su tiempo.

Quizás no es necesario escribir todo, pero tú sabrás qué poner en ella. Posiblemente pensarás, cuando la termines de llenar, que tienes una agenda muy apretada. Pero permite expresar, al final del año o del periodo que determinaste, que cumplió con todo lo que pusiste en ella.

Antes de comenzar con la agenda para el nuevo año, permíteme decirte algunas cosas que debes dejar atrás que te permitirán trabajar con claridad en ese nuevo calendario:

  • Pensamientos negativos (Proverbios 16:3)
  • El orgullo (Santiago 4:6)
  • Promesas sin cumplir (Eclesiastés 5:4)
  • Necesidad de ser aceptado (Efesios 1:6)
  • Momentos de dolor y sufrimiento (Isaías 51:11)
  • Esperar a alguien o algo (Salmo 37:5)
  • Creer que todo es competencia (2 Corintios 3:5)
  • Intentar caer bien a todo el mundo (Efesios 2:10)
  • Tratar de ser perfecta/o (Mateo 19:21)
  • El miedo al futuro (Salmo 37:5)
  • Tener miedo a los cambios (Juan 14:27)
  • Permitir que sólo los sentimientos gobiernen tu vida (Colosenses 3:15)
  • La venganza (Hebreos 10:30)
  • Las cosas y personas que no necesitas en tu vida (Proverbios 17:9)

Óyeme, pero qué larga ha salido la lista de las cosas que tenemos que dejar. Y, si estudiamos sinceramente nuestras vidas, es cierto que hay muchas de ellas que nos deprimen y no nos dejan seguir adelante.

Pero necesitamos una agenda nueva. Se hará más fácil organizar los pasos que nos ayudarán a alcanzar las metas. Veamos algunas cosas que, según mi opinión, podemos tener en cuenta para incluir en la misma:

  • Haz una lista de las tareas pendientes, a veces son pocas.
  • Prioriza las tareas, ordénalas por tiempo, importancia o fecha límite.
  • Identifica eventos recurrentes: cumpleaños, aniversarios, citas, reuniones, pagos, compromisos.
  • Conserva la flexibilidad, no seas rígido en lo que has establecido, a veces hay circunstancias adversas.
  • Reconoce y celebra los logros que has tenido cumpliendo con tu agenda, no los olvide.
  • Define tus resoluciones para el siguiente año

Ahora me pregunto, ¿y dónde está la parte más importante de esta agenda?  La parte espiritual, veamos:

Primero: La Biblia nos dice: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser». Mateo 22:37. Dios es primero que todo, y amarle debe ser nuestra prioridad.

Segundo: También en ese mismo capítulo de Mateo nos dice: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (versículo 39)

Tercero: No debemos olvidar en nuestra agenda asistir a la Escuela Bíblica, asistir a los cultos regulares, leer la Palabra de Dios, orar, meditar, visitar, ayudar a los demás, invitar a otros a la iglesia, dar testimonio con nuestra vida de que somos Hijos de Dios.

Cuarto: Agradecer a Dios por la familia, por los amigos, por los hermanos de la iglesia y perdonar si hemos ofendido o si nos han ofendido, esto es importantísimo

Quinto: Proclamar las Buenas Nuevas de Salvación.

Saca tiempo para las “tareas” o deberes espirituales. Tú pensarás que lo antes descrito no hay que ponerlo en agenda. Yo comparto esta idea contigo, pero para que nada se te olvide, escríbelo. Dios te va a recompensar, experiméntalo y ya verás. Ten paciencia, ten fe, ten confianza y sobre todo, di como dice Lucas en el capítulo 17:10: “…Cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: ‘Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”.  En otras palabras, la agenda espiritual siempre estará llena. Hay que cumplirla. 

Aida L. Salgado Robles, 25 de diciembre de 2023

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Una vieja… otra joven…

Elisabet era una mujer justa, esposa de Zacarías, un sacerdote. La Biblia nos la presenta cuando ya está anciana. Ella era estéril, pero como toda mujer israelita, deseaba tener un hijo. Para ese tiempo, no tener hijos era una vergüenza y conducía a dificultades personales. Me imagino que por su condición había sufrido mucho. A pesar de todo era una mujer muy espiritual y sabía que Dios en algún momento cumpliría su promesa de poder tener un hijo, aunque era una anciana. Dios no olvida a quienes le son fieles, pues los métodos y el tiempo de Dios no tienen que ser los que esperamos.

Un día a Zacarías, junto al grupo sacerdotal, le tocó entrar al santuario para quemar incienso. Mientras se quemaba el incienso, todo el pueblo estaba orando afuera. Y en aquel momento Dios le manda a decir, a través de un ángel, que los largos años de oraciones pidiendo un hijo se habían acabado, pues su esposa tendría un hijo. Al ver al ángel, Zacarias se quedó sorprendido.

Que maravilloso es esperar en Dios. Hasta el nombre Dios se lo dio, ese hijo fue Juan El Bautista. Elisabet susurraba alabanzas al cuidar aquel regalo de Dios y todos los vecinos y parientes fueron a felicitarla por el milagro que Dios había hecho en ella.

La otra mujer, que es la joven, fue María. Una doncella también justa, sumisa   y espiritual. No estaba casada, era virgen y estaba prometida con un carpintero llamado José. También a ella la visitó un ángel quien le dijo que ella era objeto del favor divino, que tendría un hijo. Le preguntó al ángel que cómo sería eso ya que era virgen. Ella no dudó del mensaje, pero preguntó como sería posible la concepción.  El ángel le respondió que ella concebiría por el poder del Espíritu Santo.

No hubo la intervención de un padre humano. La forma sumisa en que María acepta una situación que podría causar escándalo y tal vez la ruptura de su compromiso matrimonial, muestra la calidad de mujer que Dios escogió para cumplir su propósito. Y a los pocos meses dio a luz a Jesús, el Hijo de Dios.

Una de las cualidades más dignas que podemos imitar de María fue su sumisión a Dios. Estuvo dispuesta a ser útil a Dios. Fue una mujer sencilla, dispuesta a servir, tan es así que aunque hubiese sabido lo que sufriría al ser la madre de Jesús, hubiera respondido lo mismo. Lo vemos en Lucas 1:38 “He aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra”.

Una vieja… otra joven, pero las dos recibieron el favor de Dios, las dos recibieron un milagro, las dos eran fieles a Dios, las dos se acompañaron en sus situaciones y todavía hoy día estamos hablando de ellas.  Las dos fueron vasos privilegiados para traer al mundo dos seres importantes. Son héroes. Estos ejemplos nos estimulan a entender que hay sabiduría en la perseverancia, como es el caso de Elisabet, y en la obediencia, como el caso de María. Ambos casos demuestran lo que Dios puede hacer no importa la edad. Ambas mujeres siguieron las directrices de Dios en sus vidas.

Ahora hablo a mujeres y a hombres de todas las edades: una vida cristiana exitosa será el resultado de buscar y conocer la voluntad de Dios para actuar entonces por fe. Somete tus planes y futuro a la voluntad de Dios. Sé lleno del Espíritu Santo, acércate con fe para recibir aquello por lo cual estás orando, pero siempre diciendo: “hágase tu voluntad”.

Aida L. Salgado Robles, 21 de diciembre de 2023

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Yo le voy a regalar…

A los músicos les regalo el Salmo 108:1-4 para que siempre estén dispuestos a alabar a Dios, como es su costumbre, y como dijo el Salmista: “Mi corazón está dispuesto, oh Dios; cantaré y entonaré salmos…Te alabaré, oh Jehová, entre los pueblos;  porque más grande que los cielos es tu misericordia, y hasta los cielos tu verdad”.  También les podría regalar un “long playing” para que graben los himnos más solicitados.

A la secretaria le regalo el verso de1 Corintios 15:58 que dice: “vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. Sigue ayudando que Dios te va a recompensar. También puedo pensar regalarle una maquinilla para que vuelvan los programas escritos a los cultos.

Al Ministerio de Acción Profética y Justicia Social le regalo el texto en Eclesiastés 3:13, “Y también es don de Dios que todo hombre coma y beba”. El trabajo de este ministerio es digno de elogios.  Y yo pienso que le podríamos regalar una olla más grande para que puedan seguir repartiendo alimentos.

Al Ministerio de Educación Cristiana le regalo el verso de Efesios 4:12 donde dice que “A unos constituyó Dios apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Ese don es fundamental para el crecimiento de la iglesia. Completaría el regalo con un gran entusiasmo de parte de todos sus integrantes para comunicarles a los hermanos que asistan temprano y no falten a la escuela bíblica.

A los Diáconos les regalo el precioso verso de Juan 12:26: “Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará”. En otras palabras, quienes aceptan servirle serán honrados por el Padre.  Cuando servimos con amor, como lo hacen ustedes, son elevados a un lugar de honor. Lo hacen tan bien que no sé qué regalarle.

A los liturgistas les regalo el texto del Salmo 95:2: “Lleguemos ante su presencia con alabanzas, aclamémosle con cánticos”. Además, de mi parte, les voy a añadir una taza de reposo, de calma y de dinamismo para amenizar los cultos y que los mismos sigan llenos del Espíritu Santo.

Al técnico de sonido le regalo el texto de Josué 1:9: “Esfuérzate y sé valiente” pues largo camino te resta para bregar con los micrófonos.

Al Pastor le voy a regalar el verso de Éxodo 17:12: “Y las manos de Moisés se cansaban, pero Aarón y Hur sostenían sus manos…y así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol”. Y mi regalo soñado es que haya una congregación que lo mantenga de pie y animado todo el tiempo.

A la Junta de Gobierno le obsequio el texto de Efesios 4:12: “A unos puso Dios para la edificación del cuerpo de Cristo… a fin de perfeccionar a los santos”. Yo le regalo al “gran artesano” (Cristo) para que Él ajuste y coloque todos “los huesos” nuestros en su sitio y así seamos todos de una buena construcción.

Al Comité de Propiedad le puedo regalar el verso de Éxodo 4:2 “¿qué tienes en tu mano”.  Moisés respondió a esa pregunta: “una vara”.  No sé si ustedes podrán hacer mucho con una vara, pero oren para que Dios provea.

Al Ministerio de Evangelismo le regalo el texto que está en 1 Juan 2:20 “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas”. Los verdaderos cristianos comprenden las realidades espirituales, gracias a la luz del Espíritu Santo.  Por tal razón sigan llevando la Palabra y las alabanzas a los diferentes hogares.  No pierdan el entusiasmo. Yo le voy a regalar una “voz cantante” para que pueda comenzar los coros en las diferentes reuniones hogareñas.

A los demás ministerios y a la congregación en general le voy a obsequiar con el verso de 1 Juan 2:17: “El mundo pasa y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. Cuando depositamos la verdad de nuestros sentimientos en Dios, los deseos de la carne dejan de ser un problema. Levantemos nuestra vista hacia la esperanza gloriosa del amor, la vida y la luz donde Dios eternamente reina.

Aida L. Salgado Robles, 14 de diciembre de 2023

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¡Qué bueno llegó la Navidad!

Hay música por aquí, hay regalos por allá, y hay comida por acullá.

Y todos muy contentos disfrutamos. Es una época gloriosa. Hasta los que no creen en Dios se unen a la celebración de las fiestas.  Es que fue grande lo que aconteció: El nacimiento del Niño Dios.  Dios se hizo Hombre.  Dice Filipenses 2:7 “Se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”. 

Así que llegó la Divinidad a la tierra.  El cielo se abrió luego de varios eventos extraordinarios, para la venida del Mesías a la tierra.  Y no vino a visitarnos por venir, vino a salvarnos, vino a sanarnos del pecado, vino a rescatarnos, vino a redimirnos, vino a morar en nuestros corazones para traernos paz.

La Biblia muestra que en Cristo se cumple la profecía del Antiguo Testamento, que la Ley adquiere nuevo significado y que hay esperanza para el Hombre. El “Reino se ha acercado”, ¿y saben por qué? Porque el Rey llegó. Su presencia la disfrutaron sus padres terrenales al tener ese hermoso niño en sus manos, los pastores que recibieron asombrados el mensaje de los ángeles, Simeón que lo presentó en el templo; los Magos de Oriente que le obsequiaron con regalos, y todos gozaron de su presencia.

Así que hay que celebrar, pero con conciencia de lo que celebramos. No es una festividad sin sentido, es una época de grandes regalos de parte de Dios. Por lo tanto, su presencia significa nueva esperanza para un mundo en crisis: la muerte sería vencida, la enfermedad y otros males comenzarían a ser derrotados.

Somos bienaventurados y para nosotros celebrar todas esas bendiciones lo que tenemos que hacer es anunciar sus maravillas a toda la gente, seguir cantando “¡Qué bueno llegó la Navidad!”, y decir qué la Navidad es buena porque Cristo nació en nuestros corazones.

Él lo hizo por ti, hazlo tú por Él. ¡Proclámalo!

Aida L. Salgado Robles, 3 de diciembre de 2023

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La gratitud

Gratitud es agradecer las grandes manifestaciones del amor de Dios para con nosotros, algunas son:  

  • Por nuestra salvación, gracias al sacrificio de Cristo en la cruz.
  • Por Su protección, pues nos cuida día a día.
  • Por Su provisión, nos mantiene con todo lo que necesitamos.
  • Por Su bondad, que es su compasión, su misericordia y su piedad.
  • Por Su sabiduría, porque de ella nos otorga para vivir y para decidir.
  • Por Su dirección, pues nos conduce, nos orienta por dónde realmente debemos ir.
  • Por Su fortaleza, porque nos da las fuerzas necesarias para continuar.
  • Y por todas aquellas cosas maravillosas que ha hecho en nuestro favor.

Gracias, Señor.

Gratitud también es agradecer a:

  • Nuestro Pastor por su cuidado, sus mensajes, sus consejos y su amor.
  • A la Junta de Gobierno – por ejecutar los acuerdos congregacionales y ayudarnos este año a “tirar las redes” con sus motivaciones.
  • A Tesorería por el trabajo de colectar todas las ofrendas del año en una forma muy responsable.
  • A los diáconos porque reconocen que este ministerio es para servir a todos.
  • A la Secretaria porque tiene la paciencia de ayudarnos a seguir las instrucciones para que todo quede bien y podamos ofrecer lo mejor a Dios en todas las liturgias.
  • Al Comité de Propiedad por mantener las estructuras en tan buenas condiciones.
  • Al Ministerio de Alabanzas, ¡Oh, oh! ¿Quién no alaba a Dios con tan buena música?
  • Al Ministerio de Evangelismo, que siempre pone su empeño para hacer llegar la Palabra de Dios en diferentes formas: hogares, literatura, comunidad.
  • Al Ministerio de Educación Cristiana, que se preocupa por tener los mejores maestros para impartir la enseñanza bíblica.
  • Al Ministerio de Acción Profética y Justicia Social porque trabaja por la igualdad y justicia para todos, especialmente para los más necesitados de la calle.
  • A los demás ministerios de nuestra congregación quienes se desempeñan con amor y responsabilidad.

Gracias a todos. Somos un cuerpo en Cristo y así lo demuestra nuestra congregación.

El “Día de Acción de Gracias” es un día para aclamar, para alabar, para reconocer a Dios y para levantar nuestras manos como expresión de adoración por lo maravilloso que es Dios, unirnos al Salmista cuando dijo en el Salmo 100: “reconoced que Jehová es Dios… entrad por sus puertas con acción de gracias”.

Hay que agradecer las bendiciones de Dios que son diarias, permanentes y abundantes. Cuando estemos saboreando ese día de los platos de comida exquisitos y abundantes, recordemos también que la misericordia de Dios es abundante en nosotros y por eso cada día debería ser un día de acción de gracias.

Tampoco debemos olvidar a los que nos rodean, sean familiares, amigos, vecinos y otros. Tenemos que incorporarlos o sumarlos a nosotros para que estén cobijados con la gracia de Dios. Debemos brindarles la mano a aquellos que se encuentran en situaciones difíciles, alcanzarlos para que puedan entrar al reino de Dios, declarar los méritos de cada uno de ellos, ser empáticos con todos y agradecerle a Dios por tenerlos cerca de nosotros.

¡Que podamos ser de bendición a todos con gozo y agradecimiento!

Hna. Aida Salgado, noviembre 2023

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¡Qué banquete!

La Iglesia Evangélica Unida de Villa Andalucía cumplió en esta semana 56 años.  Fue una semana maravillosa.  Demostró que todavía la presencia del Espíritu Santo es real en nosotros. El tema que predominó fue “Echemos las redes de salvación”, el cual debe ser el propósito perpetuo de la iglesia: atraer a otros para Cristo.

Tuvimos el “Encuentro de Oración”, donde dentro de un “rompecabezas, pero cuyas piezas caían en su sitio”, oramos por los hermanos que ocupan diferentes cargos en la congregación. ¡Todos trabajan bien para la gloria de Dios! Casi culminando la semana, las iglesias del Distrito Norte de nuestra Denominación compartieron con nosotros en un culto de adoración y alabanzas. Ese mismo día sembramos en el patio de nuestro templo, un árbol de olivo con tierra de nuestros hogares como símbolo de resiliencia, longevidad, resistencia y renovación. Nos recordará por siempre el amor a Dios y a nuestros semejantes. Tampoco podemos olvidar que en esta semana se le dio, con mucho amor, comida a los deambulantes, como hace todos los meses el Ministerio de Acción Profética y Justicia Social.

¡Y qué podemos decir del último día de este Aniversario #56!  Primero, la reflexión del Pastor fue genial.  Con una red como símbolo de la pesca salvadora, nos invitó a todos a “bogar mar adentro”.  Vendrán dificultades, situaciones, problemas, pero el Señor nos ayudará. Él está con nosotros hasta el fin. Nos tiene en sus redes de amor.

Luego del culto, hubo un exquisito «banquete» de comida, le llaman el “Mangiare Di Dio”. Y gracias a Dios todos unidos pudimos disfrutar de esta exquisitez.  Me decía la Presidenta de la Junta que todo lo que había de comer allí, lo llevaron los hermanos.  Qué magnífico compartir tuvimos: comimos, hablamos, reímos y hasta nos llevamos alguna que otra cosa para nuestros hogares. Gracias a todos lo que aportaron. Fue toda una experiencia maravillosa.  FELICIDADES A LA IGLESIA EVANGELICA UNIDA DE VILLA ANDALUCIA… y sigamos trabajando para el Señor que es lo más importante.

Hna. Aida Salgado, octubre 2023

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Dios va a tu lado

¡Cuántas veces estamos solos o nos sentimos solos! Estoy segura que muchas veces durante nuestra vida. Esta sensación de soledad puede manifestarse en diferentes momentos por diversas circunstancias.  Puede ser por la pérdida de un ser querido cuando sentimos un vacío; puede ser por mudanza a una nueva ciudad donde nos sentimos aislados; también por rupturas amorosas, cuando terminamos una relación y nos sentimos desamparados; puede ser por enfermedad y otras cosas más.  En algunas etapas de la vida, también pueden venir sentimientos de soledad, puede ser en la adolescencia, la vejez o en algún cambio emocional.

En la Biblia se narra la historia de dos discípulos, (no del grupo de los doce) que después de la crucifixión de Jesús iban camino a su casa.  Iban frustrados, desalentados y se sentían desamparados.  (Lucas 24:13-27)

Posiblemente era tarde, ya Cristo, el Resucitado, se había aparecido a María Magdalena (Marcos 16:9-11); y a las otras mujeres (Mateo 28:9-10).  Estos dos discípulos solamente habían oído el rumor de que la tumba estaba vacía y de que los ángeles habían anunciado que Jesús había resucitado (Lucas 24:22-24). Por la decepción y la desesperación que sentían, dieron un paso atrás porque sus esperanzas mesiánicas habían sido “aplastadas” por la crucifixión. Pero para sorpresa de ellos, un personaje que no se identificó de momento, se unió a ellos mientras caminaban.  Ese personaje iba al paso de ellos, conocía por lo que estaban pasando, tuvo empatía, se asoció a ellos. Conocía de sus frustraciones, pero estaba ahí.

Qué falta hace tener más de esos que se juntan a las personas que están pasando por diferentes situaciones. No tenemos que hablar mucho cuando nos juntamos. Pero podemos abrazarlos, hacerlos reír, acompañarlos, darle soporte y muchas cosas buenas más.

Dios es una fuente de consuelo y acompañamiento en esos momentos difíciles: hablar con Dios brinda consuelo, paz y conexión con Él. Leer la Biblia y meditar ofrece palabras de amor y guía. La congregación a la que perteneces también te puede ayudar por medio del apoyo emocional y espiritual.  Medita y reflexiona sobre la vida y da gracias a Dios por Su ayuda y por ese contacto directo con Él que te proporciona alegría, paz y consuelo.

Al final, Jesús les dio “un regañito” a estos dos discípulos que iban camino a Emaús, porque su misma frustración no dejó que se acordaran que las Sagradas Escrituras anticipaban la necesidad de los sufrimientos del Mesías.  Muchas veces eso mismo nos pasa a nosotros: no vemos las cosas espirituales porque dejamos que los pensamientos negativos nos dominen.

Cada uno de nosotros tiene su propia soledad, pero el único que conoce nuestra mente y nuestro ser es Dios.  Qué bueno es saber que Dios está a nuestro lado, que no estamos solos. Como nos dice el Salmo 107:6, que en nuestra angustia clamemos a Él y Él nos ayudará.  Recuerda: no estás solo, Dios va a tu lado.

Aida Salgado Robles, 16 septiembre 2023

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